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    Averiguar si su hijo está usando sustancias puede ser un desafío. Muchos de los signos y síntomas son comportamientos típicos de adolescentes o adultos jóvenes. Muchos también son síntomas de problemas de salud mental, incluyendo depresión o ansiedad.

    Si tiene razones para sospechar de uso, no tenga miedo de errar en el lado de la precaución. Prepárese para tomar medidas y tener una conversación durante la cual puede hacer preguntas directas como “¿Ha estado bebiendo, vapeando o usando drogas?” Ningún padre quiere escuchar “sí”, pero estar preparado para cómo respondería puede ser el punto de partida para un resultado más positivo.

    Qué buscar

    Cambios en el estado de ánimo y la personalidad

    • Triste, retirado o deprimido
    • Menos motivados
    • Silencioso, incomunicativo
    • Hostil, enojado, poco cooperativo
    • Engañoso o reservado
    • No se puede enfocar
    • Una pérdida repentina de inhibiciones
    • Hiperactivo o inusualmente eufórico

    Cambios de comportamiento

    • Relaciones cambiadas con miembros de la familia o amigos
    • Ausentismo o pérdida de interés en la escuela, el trabajo u otras actividades
    • Evita el contacto visual
    • Cerraduras puertas
    • Desaparece durante largos períodos de tiempo
    • Sale a menudo, rompiendo con frecuencia el toque de queda
    • Reservado con el uso de su teléfono
    • Pone un sinfín de excusas
    • Utiliza chicles o mentas para encubrir el aliento
    • A menudo usa preparaciones de venta libre para reducir el enrojecimiento de los ojos o la irritación nasal
    • Tiene problemas de flujo de efectivo
    • Se ha vuelto inusualmente torpe: tropiezos, falta de coordinación, mal equilibrio
    • Tiene períodos de insomnio o alta energía, seguidos de largos períodos de sueño “al día”

    Higiene y apariencia

    • Olor a humo u otros olores inusuales en el aliento o en la ropa
    • Aspecto más desordenado de lo habitual
    • Mala higiene
    • Mejillas o cara con frecuencia enrojecidas o enrojecidas
    • Quemaduras o hollín en los dedos o labios
    • Marcas de seguimiento en brazos o piernas (o mangas largas en clima cálido para ocultar marcas)

    Salud física

    • Enfermedad frecuente
    • Inusualmente cansado y/o letárgico
    • Incapaz de hablar de manera inteligible, habla mal o habla de fuego rápido
    • Hemorragias nasales y/o secreción nasal, no causadas por alergias o un resfriado
    • Llagas, manchas alrededor de la boca
    • Pérdida o aumento de peso repentino o dramático
    • Abrasiones/moretones en la piel
    • Transpiración frecuente
    • Convulsiones y/o vómitos

    Cómo y dónde buscar

    Use su nariz.

    Tenga una conversación real, cara a cara cuando el niño llega a casa después de pasar el rato con amigos. Si ha habido bebida o fumar, el olor estará en su aliento, en la ropa y en su cabello.

    Míralos a los ojos.

    Preste atención a sus ojos, que serán rojos y de tapa pesada, con pupilas constreñidas si han consumido marihuana. Las pupilas se dilatarán y pueden tener dificultades para concentrarse si han estado bebiendo. Además, el color rojo y enrojecido de la cara y las mejillas también puede ser un signo de beber.

    Observe su comportamiento.

    ¿Cómo actúan después de una noche de salida con amigos? ¿Son particularmente ruidosos y desagradables, o se ríen histéricamente de nada? ¿Inusualmente torpe hasta el punto de tropezar con muebles y paredes, tropezar con sus propios pies y derribar cosas? ¿Sombrío, retraído, e inusualmente cansado y de ojos flojos durante la hora de la noche? ¿Parecen mareados y tropiezan en el baño? Todas estas son señales de que podrían haber estado bebiendo o consumiendo marihuana u otras sustancias.

    Buscar en sus espacios.

    Los límites que establece con su hijo no se detienen en la puerta principal o en la puerta de su dormitorio. Si tiene motivos de preocupación, es importante averiguar qué está pasando. Sin embargo, prepárese para explicar sus razones para una búsqueda, ya sea que se lo cuente o no de antemano. Puede hacerles saber que es por preocupación por su salud y seguridad. Los lugares comunes para ocultar vapes, alcohol, drogas o parafernalia incluyen:

    • Dentro de cajones, debajo o entre otros artículos
    • En cajas o estuches pequeños, piense en joyas, maquillaje o lápices, o estuches para auriculares
    • Debajo de una cama u otros muebles
    • En una planta, enterrada en la tierra
    • Entre libros o dentro de los libros
    • Bajo un tablero de piso suelto
    • Dentro de envases de medicamentos de venta libre (Tylenol, Advil, etc.)
    • Dentro de bolsas de caramelo vacías como M&Ms o Skittles
    • En latas de refrescos falsos u otros contenedores falsos diseñados para ocultar

    No pase por alto el teléfono celular de su hijo adolescente u otros dispositivos digitales. ¿Reconoces sus contactos frecuentes? ¿Los mensajes recientes o las publicaciones en las redes sociales insinúan el consumo de drogas o contradicen lo que te han dicho?

    Si su búsqueda muestra evidencia de consumo de drogas, prepárese para la conversación que se avecina y no se desaliente con el argumento de la privacidad invadida. Mantenga su decisión de buscar y los límites que ha establecido.

    Si descubre que no es probable que su hijo haya estado bebiendo o usando otras sustancias, este podría ser un buen momento para averiguar si hay otra explicación para cualquier cambio en su apariencia o comportamiento que deba abordarse.

    Si acaba de descubrir o tiene motivos para creer que su hijo consume nicotina, alcohol o drogas, lo primero que debe hacer es sentarse y respirar profundo. Sabemos que esto da miedo, pero estás en el lugar adecuado.
    Descubrir que su hija o hijo podría estar usando sustancias genera muchas emociones. La mejor manera de averiguar lo que está pasando, y de empezar a ayudar, es empezar a hablar. Aprenda a tener una conversación en lugar de una confrontación.