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    Cómo Alentar a su Hija o Hijo para que Busque Ayuda ante su Consumo de Sustancias

    Es posible que haya escuchado que su hija o hijo tiene que reconocer primero que necesita ayuda para poder mejorar. Y es probable que ella o él lo esté reconociendo de alguna manera y que en verdad quiera apoyo pero que nosotros no podamos escucharle porque no sabemos reconocer cuáles son las señales de que está pidiendo ayuda.

    Si su ser querido expresa aunque sea un poco de interés en recibir ayuda, considere que esa puede ser la oportunidad que usted necesita para iniciar una conversación sobre el tema. Por ejemplo, su ser querido puede decir que quiere reducir su consumo de sustancias o que desea que las cosas cambien en sus relaciones, la escuela o el trabajo. O puede expresar interés en ver a un terapeuta que le ayude a enfrentar problemas relacionados con el consumo de sustancias, como ansiedad, depresión o insomnio. O quizá esté interesado en asistir a una reunión de un grupo de apoyo como Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos, participar más en su iglesia o practicar con más frecuencia sus creencias religiosas. Cualquier comentario como estos abre la puerta a una conversación sobre cómo obtener ayuda.

    Si bien usted espera que su hija o hijo acepte rápida y fácilmente el tratamiento, no se desespere si primero dice que no o que necesita más tiempo para pensarlo. Habrá otras oportunidades para volver a tocar el tema. Controlar sus expectativas, al mismo tiempo en que ayuda a su hija o hijo a buscar tratamiento, es una parte importante de su propio cuidado personal.

    Reconozca las señales de cambio

    Entonces, ¿cómo reconocer cuando existe la disposición de buscar ayuda? En general, las ganas de cambiar aparecen cada vez que su hija o hijo expresa su preocupación sobre la situación que le rodea o el deseo de mejorar su vida de alguna manera. ¿Alguna de las frases que presentamos a continuación le suena familiar?

    • “Me siento muy deprimido por no tener un buen trabajo”.
    • “Creo que [una amiga/un amigo] de verdad se molestó anoche conmigo porque pensó que yo había bebido demasiado”.
    • “A veces pienso si debería regresar a la escuela”.
    • “Me gustaría mudarme y conseguir mi propio departamento”.

    Cuando un ser querido exprese ganas de cambiar, ayúdele a que entienda su situación. Explíquele con amabilidad cómo se relaciona su consumo de sustancias con sus preocupaciones y con su esperanza de tener un futuro mejor.

    El siguiente es un ejemplo de cómo podría ser ese diálogo:

    “Me gustaría mudarme y conseguir mi propio departamento”.

    “Lo sé. Has querido mudarte a tu propio departamento desde hace un buen tiempo. ¿Qué crees que te está frenando?”

    “No he podido conseguir un trabajo donde me paguen lo suficiente”.

    “¿Qué te han dicho los supervisores cuando leen tu solicitud de empleo?”

    “Todos quieren pruebas de que no uso drogas. Eso es una tontería en mi opinión. ¿Por qué les importa lo que hago en mi tiempo libre?

    “Entonces, quieres un buen trabajo porque tu meta es mudarte, pero parece que tu consumo de sustancias te está deteniendo. ¿Qué pensarías de dejar las sustancias por un tiempo para que puedas conseguir un trabajo mejor? Si necesitas ayuda para bajar tu consumo, podemos averiguar quién puede ayudarte”.

    “A lo mejor”.

    “Piénsalo y hablemos del tema en unos días”.

    Note cómo el padre o la persona a cargo del joven o adolescente se esfuerza por mantener la mente abierta y en dialogar en vez de criticar o descalificar. Algunas técnicas que le pueden ayudar a tener un éxito similar al del ejemplo, incluyen:

    • Utilice preguntas abiertas. Estas son preguntas que no pueden ser respondidas fácilmente con una sola palabra, sino que requieren de una explicación. “¿Qué crees que te está frenando?”, seguramente obtendrá más información que la pregunta: “¿No crees que las drogas son el problema?” El padre del ejemplo probablemente sabe que el consumo de sustancias es la raíz del desempleo de su hija o hijo pero, sin juzgarle, saca el tema a la luz.
    • Espere el momento adecuado. Las ganas de cambiar pueden abrir la puerta a este tipo de conversación, pero estas no funcionan si su hija o hijo están bajo la influencia de sustancias, cuando tienen prisa, están demasiado cansados o puede haber interrupciones.
    • Dele opciones. Tenga en cuenta que el padre en este ejemplo no dijo “Tienes que dejar de consumir sustancias”. Esta persona solo ofreció algunas opciones. Es útil que su ser querido tenga información y opciones para reducir su consumo de sustancias o para que considere distintos programas de tratamiento.
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    Nuestros especialistas pueden ayudarlo a desarrollar un plan de acción único para su familia.

    La especialista de la línea de ayuda Karla Castro-Soto habla sobre los diferentes tipos de apoyo ofrecidos en español en la línea de ayuda gratuita de the Partnership to End Addiction.

    Usar incentivos o presión

    Algunos padres optan por usar incentivos o presiones para que su hija o hijo adolescente o joven reciba tratamiento. Un incentivo relaciona el tratamiento a algo que su hija o hijo quiere. Por ejemplo, “si completas el tratamiento y evitas las sustancias, te ayudaremos con un depósito para que rentes tu propio departamento”.

    La presión se refiere en general a suspender o quitar algo de valor, aunque es necesario escoger con cuidado como usarla. Dependiendo de lo que esté en juego, la presión podría causar una reacción desafiante, lo que empeoraría la situación. Además, es útil mencionar la presión de forma afectuosa.

    Un ejemplo de presión podría ser: “si no consigues ayuda, no vamos a seguir pagando tus gastos, como la colegiatura o la renta”. Sin embargo, esta presión podría ser expresada de manera más cariñosa. Además, es aconsejable darle a su hija o hijo una o dos semanas para que piense las cosas antes de que usted haga uso de la presión que haya escogido.

    Una mejor manera de comunicar la presión podría ser: “Sigo preocupado por tu consumo de sustancias y me gustaría que buscaras una consulta que te ayudara a controlarla. Sé que antes te has negado a hacerlo, pero la situación ya es muy difícil para todos y me gustaría que lo volvieras a pensar. Si decides no buscar tratamiento, ya no voy a pagarte la universidad el semestre que viene. Me gustaría que lo pensaras y que me digas lo que has decidido al final de la próxima semana”.

    Planear una intervención

    Intervenir —es decir, involucrarse y hablar— es un primer paso importante para tomar medidas ante el consumo de sustancias de su hija o hijo. Pero los medios de entretenimiento han hecho común el término “intervención”. Esto se refiere a una situación en que la familia y los amigos hablan con un ser querido sobre el impacto que causa su uso de sustancias, acompañado en general de una advertencia: o vas a tratamiento o pagarás las consecuencias…

    La probabilidad de éxito de esta clase de intervención es menor que el de otros enfoques que se basan en la evidencia, como el reforzamiento de la comunidad y la capacitación de la familia (conocido como CRAFT por sus siglas en inglés). Los logros de las intervenciones popularizadas por los medios de entretenimiento se limitan a hacer que alguien reciba tratamiento, sin que se conozca si los tratamientos son completados con éxito.

    Tratamiento legalmente obligatorio

    Si existe el peligro de que alguien se haga daño a sí mismo o a los demás, de acuerdo con lo definido por los tribunales, es posible hacer referencia a las leyes de compromiso civil para que un tratamiento pueda ser obligatorio. En Estados Unidos, 38 estados tienen leyes que permiten el compromiso civil en programas de tratamiento por abuso de sustancias para pacientes admitidos en un hospital o ambulatorios. Otros ocho estados tienen una forma de tratamiento involuntario, como la hospitalización de emergencia, por problemas relacionados con el consumo de sustancias. El proceso de compromiso civil cambia de un estado a otro, por lo que es importante averiguar qué se requiere en específico para que el tratamiento pueda ser obligatorio.