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    Ser estudiante hoy en día puede ser muy duro. A menudo, los adolescentes sienten la tentación de “resolver” sus problemas académicos y sociales con estimulantes recetados. Aunque los estimulantes recetados se utilizan médicamente para tratar afecciones reales diagnosticadas, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), algunos adolescentes abusan de ellos en un intento de sentirse alerta, concentrados y llenos de energía cuando tienen que gestionar tareas escolares estresantes o sienten que tienen que “pasar toda la noche”. La verdad es que los adolescentes no tienen necesariamente todos los datos.

    Destruyendo los mitos

    MITO 1: Todo el mundo lo hace.

    Aunque parezca que todo el mundo lo hace, los estudios demuestran que, de los adolescentes que consumen estimulantes con receta, uno de cada cinco toma pastillas que no le han sido recetadas.

    MITO 2: Las sustancias estimulantes aumentarán mi GPA.

    Los estudios demuestran que el GPA es realmente más bajo en los estudiantes que han tomado estimulantes sin una prescripción escrita para ellos. En los estudiantes a los que se les recetan estimulantes para tratar el TDAH, los estudios demuestran que, si bien los síntomas del TDAH mejoran, su nota media no aumenta.

    MITO 3: Hace que todo el mundo estudie mejor.

    Muchas personas que toman estimulantes no recetados experimentan ansiedad, nerviosismo, pérdida de apetito y falta de sueño, todo lo cual interfiere con el estudio y el rendimiento en los exámenes.

    MITO 4: Los estimulantes son inofensivos.

    Los datos recogidos de las visitas a los servicios de urgencias muestran que los estimulantes no recetados pueden provocar ansiedad, privación del sueño, derrames cerebrales, psicosis y -quizá lo más sorprendente para los adolescentes- adicción.

    MITO 5: Mezclar estimulantes con alcohol es seguro y me ayudará a mantenerme despierto y a beber más tiempo.

    Dado que los estimulantes pueden enmascarar los efectos del alcohol y hacer que el usuario consuma más alcohol del que normalmente consumiría, la mezcla de estimulantes con alcohol hace que los ” estimulantes” y los “tranquilizantes” se enfrenten entre sí y, por lo tanto, aumenta la probabilidad de conducir bajo los efectos del alcohol, la intoxicación etílica, los accidentes e incluso la muerte.

    Lo que puede hacer

    Hable con su hijo adolescente para ayudarle a entender los peligros del abuso de estimulantes con receta y cómo puede manejar mejor la presión que puede sentir para abusar de este medicamento. Asegúrese de:

    • Ofrecer empatía y compasión a sus hijos adolescentes y hágales saber que comprende la presión y el estrés que pueden estar atravesando.
    • Reconocer que todo el mundo tiene dificultades a veces, pero tomar estimulantes recetados no es una forma útil o saludable de afrontar la situación.

    Recordarles que estás ahí para apoyarles y orientarles, y que para ti es importante que estén sanos y sean felices y tomen decisiones seguras.