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    Si hablar con su hijo sobre su consumo de sustancias y otros temas difíciles da lugar a discusiones, al silencio o a miradas vacías, puede ser el momento de adoptar un nuevo enfoque. La escucha activa es una habilidad de comunicación que le ayudará a cambiar el tono de la ira o el sermón, y a involucrar a su hijo en una conversación real.

    Cómo utilizar la escucha activa

    Entonces, ¿cómo evitar los sermones o las interminables idas y venidas? Céntrese en escuchar lo que dice su hijo y en explorar lo que piensa utilizando las siguientes tácticas (puede recordarlas como PARS):

    • Preguntas abiertas
    • Afirmaciones
    • Reflexiones
    • Síntesis

    P para preguntas abiertas

    Evite las preguntas de tipo “sí o no”. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Vas a volver a hacer esto?”, puedes preguntar “¿Qué crees que podrías hacer de forma diferente la próxima vez?”. Esto permite que tu hijo tenga una opinión real, proporcionando una visión de su forma de pensar. Las preguntas abiertas les hacen saber que te interesa lo que tienen que decir, invitando a una conversación.

    A para afirmaciones

    Hágale saber a su hijo cuando lo sorprenda haciendo las cosas bien. Por ejemplo, si su hijo le devuelve el mensaje de texto cuando normalmente le ignora, hágale saber que lo aprecia. Si salió con sus amigos y evitó beber, reconozca su logro. Aunque su hijo siga teniendo comportamientos no deseados, destacar sus triunfos puede mejorar su relación y ayudar a que cambie.

    R para reflexiones

    Hágale saber a su hijo que le está escuchando, reflejando lo que ha dicho después. Por ejemplo, si su hijo dice: “Mi jefe es un imbécil. Me ha descontado el sueldo por llegar 10 minutos tarde”, puede reflejarlo diciendo: “Estás enfadado con tu jefe porque te ha recortado el sueldo por llegar tarde”. Este comentario evita cualquier juicio y da a tu hijo la oportunidad de elaborar. Un comentario no reflexivo como “Bueno, ¿qué esperabas? ¿Un pase libre?” pone a tu hijo a la defensiva. Las reflexiones mantienen la conversación y te ayudan a entender mejor el punto de vista de tu hijo.

    S para síntesis

    Reúna y destaque los puntos clave de su hijo. Resumir puede ayudarte a cambiar el rumbo de la conversación o a concluirla dando los siguientes pasos. Puede ser algo así como: “A ver si he entendido lo que me has dicho…”, seguido de los puntos clave que has escuchado y los siguientes pasos para ti y tu hijo.

    Puede que te lleve algún tiempo y práctica cambiar el enfoque con tu hijo, pero emplear estas sencillas tácticas puede abrir las líneas de comunicación y fortalecer vuestra relación.