Trauma y Adicción


Imagine que una tormenta azota la mente de su ser querido, desgarrándole por dentro. Así se siente el trauma: como un huracán que puede dejar a una persona derrotada y perdida. Con un sufrimiento así, no es raro buscar cualquier cosa que pueda aliviar el dolor, aunque sea por un rato. Ahí es donde entran las sustancias.

Las sustancias pueden parecer una forma de escapar de la tormenta interior, sedando o protegiendo del dolor y las heridas. Por desgracia, recurrir a sustancias para enfrentar el trauma puede llevar a un trastorno por consumo de sustancias, lo que también se conoce como adicción. Es como caer en una trampa: uno podría pensar que encuentra alivio, pero se ve atrapado en algo de lo que es difícil liberarse. Así, el trauma y el trastorno por consumo de sustancias se convierten en dos caras de la misma moneda, complicando los dos problemas.

Existen opciones de tratamiento tanto para el trauma como para los trastornos por consumo de sustancias que ofrecen un camino hacia la recuperación y la sanación. La terapia, los medicamentos y los grupos de apoyo pueden ayudar, además del apoyo familiar. Si bien este artículo se centra en cómo ayudar a un ser querido, es importante reconocer que usted también podría haber experimentado un trauma y que necesita ayuda.

¿Qué es el trauma?

El trauma es una respuesta emocional a un evento o eventos (incluso aquellos que aún están ocurriendo) que producen una gran angustia y que podrían estar fuera del control de una persona.[1] Ejemplos de eventos traumáticos incluyen:[2]

Respecto al consumo de sustancias, el trauma puede experimentarse al presenciar una sobredosis, debido a actos sexuales realizados a cambio de sustancias, o por eventos de violencia al comprar o vender sustancias.

Los accidentes ocurridos como consecuencia del consumo de sustancias también pueden dejar cicatrices físicas y emocionales.

Algunos de los principales diagnósticos y síntomas relacionados con el trauma incluyen:

Trastorno de estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés)

El Trastorno de estrés postraumático se produce cuando una persona atestigua la muerte de otra persona, ha corrido un riesgo grave de morir, o sufrido lesiones graves o violencia sexual. Una persona puede ser afectada directa o indirectamente al presenciar alguno o algunos de estos eventos.

Los síntomas incluyen recuerdos dolorosos, flashbacks, pesadillas, evitar situaciones o lugares que se relacionan con el trauma, mal humor y problemas para pensar con claridad. A veces, una persona puede practicar conductas de riesgo o mostrarse enojado o violento. Otras veces puede tener pensamientos suicidas. También pueden experimentar hiperactivación, lo que significa estar nervioso, ansioso y a la defensiva la mayor parte del tiempo.

Reacción de Estrés Agudo (ASD, por sus siglas en inglés)

El Trastorno de Estrés Agudo es similar al Trastorno de estrés postraumático, pero se diagnostica cuando los síntomas aparecen entre 3 días y un mes después de un evento traumático. Los síntomas incluyen recordar eventos negativos de manera constante, sensación de desconexión mental o corporal, evitar ciertas situaciones o lugares, mal humor y agitación.

Trastorno de adaptación

Los trastornos de adaptación implican el desarrollo de síntomas emocionales o de conducta en respuesta a uno o más factores que generan estrés. Estos cambios de humor o comportamiento ocurren durante los 3 primeros meses tras la aparición de dichos factores de estrés. Los síntomas pueden incluir depresión, ansiedad, alteraciones de la conducta o comportamiento agresivo.

El trauma puede afectar profundamente a las personas, dejando cicatrices duraderas en el bienestar mental y emocional de un ser querido. Los síntomas pueden durar meses o incluso años

¿Cómo se relacionan el trauma y el trastorno por consumo de sustancias?

Así como la salud mental y el consumo de sustancias suelen estar relacionados, existe un vínculo importante entre experimentar un trauma y desarrollar un trastorno por consumo de sustancias. Quienes tienen antecedentes de trauma tienen de 2 a 4 veces más probabilidades de desarrollar problemas por consumo de sustancias que quienes no han experimentado un trauma.[3] Estudios demuestran que entre el 25 % y el 45 % de las personas con TEPT cumplen con los criterios para padecer un trastorno por consumo de sustancias.[4]

Los niños que experimentan trauma y tienen experiencias adversas en la infancia tienen un riesgo mayor de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias a lo largo de su vida. Las investigaciones indican que las personas con antecedentes de trauma, especialmente en la infancia, pueden tener hasta un 74 % más de probabilidades de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias que quienes no los tienen.[5] Tener otros trastornos de salud mental y antecedentes familiares de trastorno por consumo de sustancias también puede aumentar el riesgo.

Las personas que experimentan trauma o TEPT pueden usar sustancias para automedicarse. Las sustancias pueden ayudarles a sobrellevar temporalmente su angustia y a controlar las emociones derivadas del evento traumático.[6] Sin embargo, es probable que las sustancias solo empeoren los síntomas del TEPT. Pueden agravar la depresión y la ansiedad; dificultar aún más el sueño y la concentración; y aumentar los comportamientos de ira e irritabilidad, así como la sensación de apatía.[7] El TEPT y el trastorno por consumo de sustancias en conjunto también pueden intensificar los pensamientos y comportamientos suicidas.[8]

¿Cuáles son los tratamientos eficaces para el trauma y el trastorno por consumo de sustancias?

La manera más eficaz de tratar los trastornos concurrentes, incluyendo el trastorno por consumo de sustancias y el trauma, es mediante un tratamiento integral que aborde ambos al mismo tiempo. Al tratar a la persona en su totalidad, los resultados del tratamiento son mejores.

El tratamiento eficaz para el trauma suele implicar una combinación de terapia, medicación y el uso de redes de apoyo. La Asociación Estadunidense de Psicología recomienda la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma como el mejor tratamiento para el TEPT. La terapia cognitivo-conductual tiene como objetivo cambiar los patrones de pensamiento y los comportamientos dañinos.[9]

La Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR, por sus siglas en inglés) también puede ayudar a los seres queridos a procesar y afrontar su trauma. Trabajando con un terapeuta capacitado, se les indica a los seres queridos que muevan los ojos de una manera específica mientras procesan recuerdos traumáticos.

La Terapia Narrativa también puede ser útil. En el contexto del trauma, ofrece un marco para comprender y procesar eventos traumáticos al explorar las historias que los seres queridos se cuentan a sí mismos sobre su trauma. Estas historias pueden incluir creencias negativas, autopercepciones e interpretaciones de eventos traumáticos. Al examinar estas historias, los seres queridos pueden comprender cómo el trauma ha influido en su sentido de identidad, relaciones y visión del mundo.

Los medicamentos pueden ser útiles como parte del tratamiento.

La terapia puede incluir medicamentos como antidepresivos y estabilizadores del ánimo. También se pueden ofrecer medicamentos para tratar el trastorno por consumo de sustancias, como la naltrexona, que ha demostrado potencial como un posible medicamento para ayudar a tratar el TEPT y el trastorno por consumo de sustancias. Se están realizando más investigaciones sobre medicamentos y planes de tratamiento que puedan tratar tanto los trastornos por consumo de sustancias como los problemas de salud mental al mismo tiempo.[10]

¿Qué hay de los psicodélicos?

El uso de sustancias psicodélicas para tratar traumas es un área de creciente interés e investigación. Psicodélicos como el MDMA (comúnmente conocido como éxtasis o Molly), la psilocibina (el ingrediente activo de los hongos alucinógenos) y el LSD (ácido lisérgico) han parecido prometedores en ciertos entornos terapéuticos debido a su potencial para facilitar la curación y promover el procesamiento emocional.

Es importante consultar con un profesional médico sobre si este tratamiento podría ser adecuado para su ser querido, ya que los estudios sobre este tema aún están en curso.

Grupos de apoyo

Los grupos de apoyo y el apoyo entre pares (con una persona que haya tenido similares experiencias) pueden brindar validación y un valioso apoyo emocional. Algunos ejemplos de grupos de apoyo para personas con trauma incluyen:

¿Cómo puedo ayudar a mi ser querido?

Las familias desempeñan un papel crucial en el apoyo a un ser querido que enfrenta un trauma y problemas de consumo de sustancias. Estas son algunas maneras de ofrecer apoyo:

Sugerir tratamiento a su ser querido y entender el sistema de tratamiento puede intimidar a cualquiera. Si necesita asistencia para saber por dónde empezar o ayuda para desarrollar un plan de acción, comuníquese con nuestros servicios de apoyo aquí.

Este puede ser un tema complejo, pero su amor, compasión y respaldo pueden ayudar a su ser querido a mejorar.