Padres Latinos en USA: Enfrentando la Brecha entre Culturas y el Consumo de Sustancias


Los padres hispanos se enfrentan a retos únicos cuando llegan a Estados Unidos. A menudo, vienen huyendo de violencia y pobreza en sus países de origen, lo que puede ocasionar estrés y ansiedad.

En Estados Unidos, pueden experimentar discriminación y maltrato. Además, se enfrentan a una nueva cultura, con valores y costumbres diferentes, y a un idioma que, probablemente, aún no dominan por completo.

Los niños que nacen en Estados Unidos o que emigraron de jóvenes a este país se ajustan en poco tiempo a la cultura y la sociedad estadunidense. La mayoría aprende un nuevo idioma muy rápidamente, y en uno o dos años pueden ya hablarlo con soltura. Para los padres hispanos, en cambio, el español será su idioma dominante aún después de muchos años de haber emigrado de sus países.

Estas diferencias en la manera de absorber una nueva cultura provocan la brecha de aculturación. Esto es cuando los padres e hijos absorben la cultura del país donde viven a diferentes ritmos, lo que puede afectar de manera negativa a la familia.

A los hijos, esta brecha puede hacerlos sentir aislados, deprimidos o ansiosos. Esto puede llevarles a consumir sustancias como una manera de sobrellevar estos sentimientos. Como padres, ¿qué podemos hacer?

En este artículo, le vamos a explicar qué es exactamente la brecha de aculturación, sus consecuencias y cómo puede usted mejorar la relación con sus hijos pese a las diferencias.

¿Qué es la brecha de aculturación?

La aculturación significa aprender el idioma, comportamiento, actitudes y valores de la sociedad en que vivimos. Por ejemplo, los padres hispanos tienen una fuerte aculturación respecto de sus países de origen. Sin embargo, pueden enfrentar serios desafíos cuando llegan a Estados Unidos, comenzando con el idioma. Sus hijos, en cambio, pueden aprender la nueva cultura con relativa rapidez, en especial si asisten a la escuela. Al mismo tiempo, los hijos pueden conocer muy poco sobre la cultura de sus padres.[1]

Como resultado, los padres inmigrantes y sus hijos viven en mundos culturales diferentes. Esto se conoce como “brecha de aculturación”, lo que puede provocar conflictos en la familia y dificultades de adaptación para los hijos.

¿Cómo se notan esas brechas?

Además de las diferencias en el idioma, la brecha se nota en otras cuestiones. Los padres, por ejemplo, pueden esperar comportamientos diferentes de los que sus hijos ven en su escuela. Además, los padres pueden ver ciertas costumbres como muestras de calidez y cercanía, mientras que sus hijos las pueden interpretar como estrictas y controladoras. Así, salir a fiestas o tener novios pueden ser la norma en el ambiente escolar de los hijos, mientras que para los padres esas costumbres pueden ser inaceptables. Esto puede provocar tensión en la familia, en especial si los hijos notan que sus compañeros tienen padres más permisivos.

¿Cuáles son las consecuencias de la brecha de aculturación?

Numerosos estudios indican que la brecha de aculturación provoca malentendidos y conflictos en las familias hispanas. Estas diferencias pueden hacer que los hijos tengan problemas para adaptarse psicológicamente a su entorno, así como en la escuela y su comunidad. Los padres, mientras tanto, pueden sentirse frustrados, decepcionados y solos en su esfuerzo por educar a sus hijos de acuerdo con sus valores.

Un estudio a nivel nacional encontró sólida evidencia de que los adolescentes nacidos en Estados Unidos de padres migrantes experimentan menor unidad familiar. Esto resultó en menos ocasiones en que la familia completa se sentaba a la mesa a cenar. También resultó en más discusiones familiares sobre los comportamientos de los hijos. [2]

Un menor número de estudios, sin embargo, indica que la brecha de aculturación no tiene necesariamente un impacto negativo en las familias. Sugieren en cambio que las tensiones familiares suceden debido a factores como la situación económica.[3]

En cualquier caso, los padres pueden hacer mucho para mejorar la relación con sus hijos sin importar las diferencias culturales.

¿Afecta la brecha el consumo de sustancias?

En general, los problemas de comunicación en las familias y los problemas de adaptación de los adolescentes aumentan los riesgos del consumo de sustancias.

Un estudio realizado en el sur de California reveló que los aumentos en la brecha de aculturación en las familias hispanas se asocian a un mayor consumo de sustancias entre estudiantes de secundaria.[4]

¿Qué pueden hacer las familias?

Para prevenir o aminorar los efectos negativos de la brecha de aculturación, los padres hispanos pueden empezar por mejorar la comunicación con sus hijos. Es clave que usted trate de entender las razones por las cuales su hija o hijo se comporta de una manera que para usted puede ser incomprensible.

Por ejemplo, para usted puede no ser importante que su hija o hijo acuda a cierta reunión, mientras que para ella o él puede ser una actividad crucial para sentirse aceptado por sus compañeros. O, usted puede pensar que cierta ropa o comida son lindas o deliciosas, mientras que para sus hijos pueden ser motivo de burla o acoso.

Para iniciar la conversación, haga preguntas abiertas como:

Aquí ofrecemos algunas sugerencias que pueden ayudarle a mejorar la comunicación con sus hijos al tiempo que les enseña maneras de celebrar su propia cultura latinoamericana.

Escuche y valide sus sentimientos.

Asegúrese de que sus hijos se sientan escuchados. Permítales expresar sus emociones sobre el acoso escolar o el hecho de sentirse diferentes, y muéstreles empatía. Dígales que a veces está bien sentirse molesto o frustrado, y recuérdeles que no están solos.

Hablen sobre el valor de su cultura.

Ayude a sus hijos a comprender el valor de su herencia cultural explicándoles la rica historia, tradiciones y contribuciones de su país a la sociedad estadunidense. Celebren los aspectos positivos de su identidad para que sus hijos se sientan orgullosos de ese legado. Comparta historias sobre personas hispanas exitosas que asumieron su herencia con orgullo y tuvieron un gran impacto.

Enséñeles cómo responder a los acosadores.

Deles a sus hijos herramientas para hacer frente al acoso escolar. Ayúdeles a practicar respuestas asertivas, es decir, a expresar sus opiniones de manera clara y directa sin ofender a los demás. Y enséñeles cómo pueden ignorar los comentarios negativos. Anímelos a hablar con un maestro o consejero escolar si sienten que el acoso es continuo. Dígales que está bien pedir ayuda.

Ayúdeles a desarrollar confianza en sí mismos.

Organice actividades en las que sus hijos puedan sentirse seguros y exitosos, como practicar deportes, alguna actividad artística o tocar un instrumento musical. Una sólida autoestima puede ayudarles a ignorar los comentarios negativos.

Promueva amistades con compañeros positivos.

Anime a sus hijos a desarrollar amistades con compañeros que le apoyen y sean amables. Es importante que tengan un grupo de amigos que les acepten como son. Si es posible, participe en actividades comunitarias donde puedan conocer a otros niños o familias hispanas que compartan experiencias similares.

Comuníquese con la escuela.

Hable con los maestros, administradores o consejeros sobre el ambiente escolar de su hija o hijo. Asegúrese de que tengan medidas en caso de que sus hijos u otros estudiantes se sientan discriminados o acosados. Además, comuníqueles que usted siente que podrían hacer más para celebrar culturas considerada minoritarias si cree que no hay suficientes actividades culturales dedicadas a estos temas.

Cree un equilibrio.

Ayude a sus hijos a equilibrar su herencia hispana con la adaptación a su entorno escolar. Si bien es importante celebrar su cultura, permítales espacio para adaptarse y participar en actividades que les hagan sentir que son parte de la escuela y su comunidad.

Fomente el diálogo abierto en casa.

Mantenga un diálogo abierto en casa. Deje en claro que sus hijos pueden hablar con usted sobre cualquier problema que estén enfrentando. Manténgase abierto a sus sentimientos, incluso si expresan confusión o frustración con aspectos de su cultura.

 

Al apoyar el bienestar emocional de sus hijos y brindarles herramientas para desarrollar su autoestima, sentirse orgullosos de su herencia cultural y manejar los comentarios negativos, puede ayudarles a honrar su herencia hispana y a sentirse seguros de sí mismos. Eso beneficiará a la familia entera y reducirá las consecuencias negativas de la brecha de aculturación.