¿Qué Es la Ketamina?


¿Es la ketamina una droga recreativa que se usa en fiestas o para abusar sexualmente de alguien? ¿Es un fármaco efectivo para tratar la depresión o el consumo de sustancias? ¿Es un medicamento para sedar a personas y animales durante una cirugía o para controlar el dolor? La respuesta a todas estas preguntas es afirmativa.

La ketamina se utiliza como droga recreativa y también con fines médicos. Como sustancia recreativa, puede hacer que una persona se sienta desconectada de la realidad, como si estuviera en un estado de ensueño. En la medicina, se utiliza como medicamento de acción corta para sedar a una persona o un animal. También se ha utilizado de forma no autorizada para tratar el dolor crónico relacionado con el cáncer o las migrañas.

En los últimos años, la ketamina ha ganado popularidad como posible tratamiento para problemas de salud mental, especialmente para la depresión severa. También puede ser útil para tratar los trastornos por consumo de sustancias. Sin embargo, sus beneficios, dosis y efectos a largo plazo aún están bajo investigación y puede resultar riesgoso usarla sin supervisión médica.

¿Qué es la ketamina?

La ketamina se fabrica como un líquido que puede inyectarse, inhalarse o tomarse. Es una forma de alucinógeno, lo que significa que puede hacer que una persona se sienta alejada de la realidad, como estar en una película o un sueño.

Se utiliza como anestésico general durante procedimientos médicos para poner a un paciente en estado inconsciente.[1] Por ejemplo, en salas de urgencias se utiliza para soldar huesos rotos o curar heridas dolorosas. En dosis bajas, los médicos pueden utilizarla para tratar el dolor intenso. También se utiliza en clínicas veterinarias.

Conocida también en inglés como special K, así como súper K o vitamina K, entre otros nombres, la ketamina se consume ilegalmente de forma oral o se evapora para ser inhalada. No tiene olor ni sabor, por lo que se puede agregar a las bebidas sin ser detectada. Puede causar pérdida de memoria. Debido a que se ha utilizado para cometer agresiones sexuales por su capacidad para sedar a las personas, la ketamina también se considera una droga para cometer violaciones sexuales.

¿Por qué la gente usa ketamina?

El consumo de ketamina es aún poco común en Estados Unidos, aunque ha aumentado en los últimos años.[2]

En dosis bajas, la ketamina actúa como estimulante. En dosis más altas, puede provocar estados de ensueño y alucinaciones y, a menudo, una sensación total de desconexión de la realidad. Las personas que la utilizan reportan sensaciones que van desde una agradable sensación parecida a flotar hasta sentirse por completo separadas de sus cuerpos.

Al igual que el LSD o ácido y la PCP, los efectos de la ketamina la han convertido en una droga de fiesta, consumida por personas que van a eventos como raves o festivales de música electrónica.

Los signos del consumo de ketamina incluyen:

No todo el mundo reacciona a la ketamina de la misma manera. Las diferencias en el tipo de cuerpo, la edad, la potencia de la ketamina que se toma y la propia capacidad de reaccionar a la sustancia pueden hacer que las experiencias individuales sean muy diferentes entre sí.

¿Cuáles son los efectos negativos de la ketamina?

Algunas experiencias con ketamina implican una aterradora sensación de casi completa separación del cuerpo y de los sentidos que algunos comparan con una experiencia cercana a la muerte. Estas experiencias, similares a un “mal viaje” con LSD o ácido, se conocen en inglés como “K-hole”. Esto puede hacer que alguien se sienta completamente congelado e inmóvil y, en ocasiones, puede provocar psicosis o pérdida de contacto con la realidad.

La ketamina en dosis bajas puede provocar problemas en la atención, la capacidad de aprendizaje y la memoria. En dosis altas, la ketamina puede causar delirios o confusión extrema, problemas con el movimiento físico, presión arterial alta y depresión. También puede causar problemas respiratorios que pueden ser fatales.

Hay reportes de flashbacks, o recuerdos de los efectos de la sustancia, semanas después del consumo de ketamina. El uso continuo también puede causar inquietud, depresión, dificultades para pensar, pérdida del conocimiento y de memoria. La psicosis (por ejemplo, ver y oír cosas que no son reales o miedo extremo) también puede permanecer luego de que alguien deja de consumir ketamina.

Otros efectos secundarios negativos incluyen cambios de humor, cambios en la presión arterial y mareos.[3] También existe el riesgo de dependencia y uso indebido, aunque esto es más inusual en programas de tratamiento legítimos.

Además, es posible sufrir una sobredosis de ketamina, especialmente si se mezcla con otras sustancias. El consumo de ketamina con otros alucinógenos como los hongos o el LSD puede aumentar significativamente los efectos de ambos, lo que puede poner a una persona en peligro de sufrir accidentes graves. La ketamina combinada con opioides o alcohol puede hacer que una persona se desmaye, vomite o incluso sufra una sobredosis mortal. Las intoxicaciones relacionadas con la ketamina también han aumentado en los últimos años.

También es importante tener en cuenta que es poco probable que las pruebas de drogas estándar detecten la ketamina en el cuerpo. Una de las formas más seguras de ingerir ketamina es a través de un aerosol nasal, que ayuda a la persona a controlar la cantidad que está consumiendo.

¿El tratamiento con ketamina funciona para la depresión?

Estudios recientes han descubierto que la terapia con ketamina puede ayudar a aliviar la depresión grave cuando otros tratamientos no han ayudado.[4] A esto se le suele llamar “depresión resistente al tratamiento”. Aunque existen diferentes definiciones de depresión resistente al tratamiento, generalmente significa que los antidepresivos u otras terapias comunes no han funcionado para reducir los síntomas.

En 2019, la agencia encargada de regular medicamentos y alimentos del gobierno federal (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó un aerosol nasal de ketamina. Se llama esketamina y se vende bajo la marca Spravato.[5] Se recomienda para tratar la depresión severa, los pensamientos suicidas y la depresión resistente al tratamiento en adultos mayores de 18 años. Solo está disponible con receta médica y debe tomarse en el consultorio o clínica de un médico certificado. Debido a los riesgos asociados con el medicamento, los pacientes deben ser monitoreados por su médico durante al menos dos horas después de recibir una dosis.

Muchos estudios han demostrado que la terapia con ketamina puede tratar eficazmente la depresión.[6] Los beneficios se pueden sentir muy rápidamente, a veces en 40 minutos, aunque esto depende de la forma en que se administra (por vía intravenosa, por la nariz, etc.). Los efectos generalmente no duran mucho, alcanzan su punto máximo a las pocas horas y generalmente benefician al paciente durante unos días o una semana, lo que también depende de cómo se administra. Por ello, aún no se sabe si este tratamiento es eficaz a largo plazo o si sólo puede proporcionar un alivio temporal de los síntomas de la depresión. Es posible que sea necesario un tratamiento continuo, dependiendo del paciente.

Estudios en pequeña escala muestran que la ketamina puede ser segura y eficaz para tratar la depresión en adolescentes de entre 12 y 17 años.[7] Sin embargo, se necesita más investigación para determinar si esto puede en realidad beneficiar a los adolescentes. La ketamina bajo la marca Spravato no está aprobada para niños.

La terapia con ketamina para la depresión no funciona para todos. Stephen Petrow, escritor colaborador del periódico Washington Post, compartió sus experiencias con la ketamina después de años de tratamiento con antidepresivos y psicoterapia: “En los días posteriores todavía no me sentía yo mismo. Distante. Desencajado. Asustado. En un mundo alejado de la realidad. Varios amigos me notaron diferente e incluso uno de ellos me preguntó directamente si estaba en riesgo de hacerme daño”.[8]

¿Se puede utilizar ketamina para tratar otros trastornos de salud mental como el consumo de sustancias?

La terapia con ketamina podría tratar el autismo[9], el trastorno obsesivo-compulsivo[10], y el trastorno bipolar.[11] Actualmente se está estudiando su efecto sobre estos trastornos.

También se está investigando la ketamina para tratar el trastorno por consumo de alcohol. En un estudio, las personas con problemas graves de alcohol a las que se les administró ketamina bajo supervisión tuvieron más días sin beber que un grupo al que no se le administró ketamina.[12]

La terapia con ketamina puede también ser útil para evitar que las personas vuelvan a consumir heroína.[13] Se ha demostrado que es útil para controlar los impulso de consumir de las personas que usan cocaína. Si bien la terapia con ketamina es muy prometedora para el tratamiento de la adicción, se necesita más investigación.

¿La ketamina funciona para controlar el dolor?

La ketamina también ha ganado popularidad por su potencial para ayudar a controlar el dolor.

Algunos estudios muestran que el uso de pequeñas dosis de ketamina puede ser eficaz para tratar el dolor crónico, especialmente a corto plazo.[14] También resulta conveniente como alternativa a los opioides para aliviar el dolor.

Sin embargo, los estudios sobre este tema son limitados. La mayoría de los seguros no cubren el uso de ketamina fuera de los procedimientos quirúrgicos. A muchos también les preocupa que la administración de ketamina esté en gran medida desregulada, lo que puede poner a los pacientes en riesgo de someterse a tratamientos inseguros y a efectos nocivos.[15]

Además, aún no se conocen los efectos a largo plazo del uso de ketamina para el tratamiento del dolor. Se ha demostrado que dosis altas causan daño a la vejiga.

¿Dónde pueden las personas recibir terapia con ketamina?

Además de los médicos y clínicas certificadas mencionadas en el caso de la esketamina[16], existen cada vez más clínicas en todo el país que ofrecen terapia con ketamina. En muchos casos, pueden ofrecer tratamientos para un problema de salud mental para el que la ketamina no está aprobada específicamente, lo que se conoce en inglés como terapia “off-label”.[17]

Hay varios tipos de terapias, como:

Médica: este tratamiento generalmente se lleva a cabo en un hospital o clínica. La ketamina se administra por vía intravenosa o por la nariz, generalmente por un anestesiólogo.

Psicolítica: esto significa el uso de sustancias psicodélicas en dosis baja o media como forma de tratamiento. En el caso de la ketamina, esta sustancia se acompaña con una terapia cognitivo-conductual (TCC) o de psicoanálisis.

Psicodélica: se administran altas dosis de ketamina al paciente para crear una “experiencia mística”. En este tratamiento, se cree que la mente puede curarse a sí misma y se utiliza a un terapeuta solo como apoyo.

Algunas clínicas son legítimas y están certificadas, pero otras no. Es importante investigar a fondo los centros de tratamiento para asegurarse de que sean lo más seguros posible y cuenten con médicos disponibles.

Empresas como Mindbloom ofrecen kits con ketamina por correo a bajos costos.[18] Mediante estos programas, los participantes reciben un kit con instrucciones para realizar ellos mismos las sesiones. Sin embargo, estas sesiones no están supervisadas y es posible que solo cuenten con un apoyo limitado de parte de un profesional.

¿Cuánto cuesta la terapia con ketamina?

La ketamina no se toma en forma de pastilla diaria como algunos medicamentos. Por lo general, se requieren múltiples tratamientos durante un período de semanas o meses. También pueden ser necesarias las dosis continuas.

Por ello, el tratamiento con ketamina puede ser costoso y, a menudo, no está cubierto por el seguro, especialmente si se usa de forma no autorizada. Lo mejor es preguntar a las compañías de seguros si cubrirán algunos de los costos. Es posible que le pidan una autorización previa. La empresa que ofrece Spravato brinda asistencia con el pago de algunos planes de seguro.

En una clínica, las sesiones generalmente pueden costar entre $500 y $1,000 por sesión, dependiendo de cómo se administre el medicamento (por ejemplo, los tratamientos intravenosos pueden ser más costosos). Los kits por correo son generalmente más baratos, con costos semanales que oscilan entre $80 y $100. Sin embargo, estos kits no incluyen el nivel de apoyo que puede ofrecer una clínica.

Debido a que estos tratamientos se realizan en varias sesiones (a menudo, al menos seis), pueden resultar muy costosos. Las sesiones completas de un tratamiento autoadministrado pueden costar más de $3,000. Un tratamiento en una clínica puede costar hasta $5,000.[19]

¿Es segura la terapia con ketamina?

Cuando se usa como tratamiento de salud mental, la ketamina puede ser segura si se usa bajo la supervisión de un médico o en una clínica certificada. Ahí obtiene supervisión y seguimiento, además de que están capacitados para abordar sus inquietudes.

Muchas clínicas de ketamina no están reguladas y no se encuentran dentro de un entorno médico. Debido a que se trata de un tratamiento tan nuevo y a que existen muchas clínicas de ketamina (tal vez miles) en todo el país, puede resultar difícil saber cuáles son sus estándares de seguridad. El tratamiento no siempre cuenta con supervisión, lo que puede hacer que algunos sean inseguros.

Además, la ketamina no está aprobada por la agencia FDA para el tratamiento de ningún trastorno psiquiátrico.[20] De hecho, la FDA ha advertido a pacientes y profesionales de la salud sobre los riesgos potenciales relacionados con el tratamiento con ketamina, debido a que no ha determinado aún si es segura y exitosa para tratar trastornos de salud mental y por consumo de sustancias.

Debido a que todavía se encuentra en plena investigación y a que existen pautas limitadas para todos sus posibles usos, puede resultar difícil capacitar adecuadamente a suficientes profesionales para que ofrezcan tratamiento con ketamina.[21]

Si cree que su ser querido podría beneficiarse del tratamiento con ketamina, hable primero con un médico o psiquiatra. Es mejor utilizarla bajo supervisión médica. Recuerde que existen muchas formas aprobadas de tratamiento para la depresión.[22] Ayude a su ser querido a encontrar lo que pueda funcionarle mejor. Si le preocupa que esté usando ketamina ilegalmente o le preocupa su consumo de sustancias, puede conectarse aquí con nuestros servicios de apoyo.