Conversaciones Difíciles: ¿qué Hacer Cuando Descubre que su Adolescente Consume Sustancias?


Asegurarse de que su adolescente se mantenga saludable incluye protegerle del alcohol y otras sustancias. ¿Por qué esto es tan importante?

El cerebro de los adolescentes está en pleno desarrollo y continúa desarrollándose hasta los 25 años de edad, aproximadamente. Este desarrollo es especialmente importante para las capacidades mentales relacionadas al juicio, la toma de decisiones, el control de los impulsos y la memoria, entre otras. El consumo de sustancias durante este período puede afectar negativamente este desarrollo.

Entre menos exposición tenga su hija o hijo a sustancias durante su adolescencia y juventud, mejor será para el desarrollo saludable de su cerebro. Es como cuidar una planta joven para que se convierta en un árbol fuerte: la intención es protegerla de cualquier daño que pueda afectar su crecimiento. La prevención y la intervención temprana pueden mantener a sus hijos seguros.

La tendencia general indica que el consumo de sustancias entre los adolescentes está disminuyendo. Aun así, los adolescentes pueden sentirse presionados por sus compañeros, tener curiosidad o ganas de rebelarse cuando se trata del consumo de sustancias. Además, empresas poderosas hacen intentos para que los adolescentes beban alcohol y vapeen. Para ello, reclutan a personas famosas y celebridades de las redes sociales, además de que utilizan envases atractivos, nuevos sabores y muestras gratuitas para atraer a los adolescentes.

Es importante que usted tome medidas si le preocupa que su adolescente esté consumiendo sustancias. En esta guía, encontrará respuestas a preguntas que los padres y las personas a cargo de adolescentes suelen tener sobre cómo hablar con su ser querido para mantenerle seguro.

La primera vez que descubrí que mi hijo consumía drogas, me sorprendió porque él y yo éramos muy cercanos. Me preocupó, pero lo interpreté como una oportunidad para iniciar una conversación. O quizá era una oportunidad para continuar con la conversación porque ya antes habíamos hablado sobre eso.
David Sheff
Autor, padre de tres

¿Qué debo hacer antes de hablar con mi hija o hijo?

Aquí hay algunos pasos que le ayudarán a prepararse para hablar sobre el consumo de sustancias con su adolescente:

  1. Note si hay cambios: esté atento a cualquier cambio en el comportamiento, la apariencia, los hábitos, la salud o el desempeño escolar de su hija o hijo. Si quiere aprender más sobre algunas de las señales que pueden revelar consumo de sustancias, vea este video.
  2. Tome notas: escriba o procure recordar ejemplos en los que su hija o hijo rompe las reglas o hace algo preocupante. Por ejemplo, si suelen volver a casa mucho después de la hora acordara para su regreso, anote las fechas.
  3. Esté atento a las señales: algunos padres cuestionan si es correcto revisar las pertenencias de sus hijos. En realidad, no existe una respuesta única para esta cuestión, pero si cree que debe tener pruebas del consumo de sustancias antes de comenzar una conversación con su hija o hijo, estos son algunos sitios que puede considerar: cajones de su habitación y su escritorio, mochilas, guanteras del automóvil, armarios, resquicios en su habitación, debajo del colchón y la cama, cajas pequeñas, libros y repisas, estuches de maquillaje y frascos de medicamentos. Además, revise si hay menos alcohol en las botellas que usted tenga en casa o menos pastillas en los envases de medicamentos de venta con receta. Pare disminuir los riesgos, resulta muy útil mantener bajo llave cualquier sustancia y medicamento.

Si sospecha que su adolescente está consumiendo sustancias, encontrar signos y síntomas de su consumo puede facilitar una conversación. Sin embargo, no necesita pruebas contundentes, como ver un carrujo de marihuana o botellas de cerveza vacías, para iniciar un diálogo. Confiar en sus instintos cuando algo parece estar mal es una razón suficiente para comenzar a hablar. Usted conoce a su hija o hijo mejor que nadie, así que si cree que ha cambiado de alguna manera, probablemente así sea.

Nunca está de más preguntarle sobre su experiencia u opinión sobre una determinada sustancia. Puede iniciar la conversación con una frase como: “Veo muchos chicos vapeando y que eso sale mucho en las noticias. ¿Qué piensas sobre eso?” Puede también simplemente utilizar sus observaciones y algunos detalles específicos (“El viernes pasado por la noche olías a humo y tenías los ojos rojos”) que podrían resultar difíciles de justificar.

Póngase de acuerdo con el otro padre o persona a cargo de su hija o hijo

Acuerde un enfoque. Si el otro padre o persona a cargo de su hija o hijo no comparte las mismas creencias y valores que usted en relación al consumo de sustancias, seguramente lo va a saber por su hija o hijo. “Ponerse de acuerdo” no significa necesariamente estar convencidos sobre lo que van a hacer: significa simplemente presentar un frente unido.

Recuerde: esta es una situación estresante tanto para usted como para la otra persona a cargo de su hija o hijo. Y necesitarán de su mutuo apoyo.

Prepárese para hablar sobre la adicción si tiene esos antecedentes en su familia. Si hay antecedentes de adicción en su familia, ya sea al alcohol u otras sustancias, a los juegos de azar o al sexo, su hija o hijo tiene muchas más probabilidades que otros adolescentes de tener un problema que podría conducir a la adicción. Comprenda la seriedad de este riesgo y piense en cómo se lo va a explicar a su hija o hijo de una manera que transmita claramente su preocupación.

Puede ser especialmente difícil comunicar mensajes claros sobre el consumo de sustancias a su adolescente si usted y el otro padre ya no están juntos. Cuando no está en una relación, es posible que no se pueda poner de acuerdo sobre cómo educar a su adolescente. Es posible además que su expareja no haga cumplir las reglas que usted ha establecido, por lo que es útil enseñarle a su adolescente cuál es la importancia de seguir sus reglas, incluso cuando esté con el otro padre.

Si usted es una madre o un padre soltero o la única persona a cargo de su adolescente, es extremadamente importante que arme una red de apoyo. Considere que puede resultarle muy difícil manejar el problema de consumo de sustancias de su hija o hijo por su propia cuenta. Incluso si desea ser el único adulto involucrado en las conversaciones, es posible obtener apoyo de amigos y familiares antes y después de esas charlas.

Fije objetivos

Establezca un objetivo para cada conversación. Lo más probable es que su primera conversación no resuelva todos los problemas, y eso está bien. Pero si establece un objetivo, aunque sea modesto, antes de empezar, sabrá hacia dónde quiere conducir la conversación.

Algunos objetivos iniciales pueden ser: que su hija o hijo pase más tiempo luego de la escuela con compañeros con hábitos más saludables, que en las fiestas evite beber en exceso, que respete la hora de llegada acordada, o que obtenga una evaluación de un terapeuta u otro profesional en adicciones sobre su consumo de sustancias.

Prepárese para la reacción de su adolescente. Muchos adolescentes se molestan cuando se les pregunta sobre su consumo de sustancias, y es probable que así reaccione su hija o hijo. Eso es de esperarse, aunque quizá usted no espere que le llamen hipócrita, mentiroso o fisgón. Piense en cómo manejará usted estas acusaciones. El siguiente recuadro puede ser útil.

Estrategias de intervención: ejemplos de diálogos

Qué hacer y qué evitar para tener una conversación positiva

La mejor manera de que sus intentos de intervenir obtengan el resultado deseado es realmente tener una conversación, no una confrontación. Y eso probablemente signifique tener varias conversaciones a lo largo del tiempo, no solo una. A continuación, ofrecemos algunos consejos para tener un diálogo positivo con su hija o hijo:

QUÉ HACER

QUÉ EVITAR

Estas recomendaciones pueden ayudarle a sostener una conversación complicada. Sin embargo, si la conversación se torna muy acalorada o emocional, no hay nada malo en suspenderla. Si cree que ambos necesitan retomar la calma, puede decir: “No vamos a llegar a nada si ambos seguimos gritando. Hagamos una pausa y hablemos más tarde”.

Cómo empezar a hablar, y a escuchar

Una vez que ha puesto en orden sus ideas y controlado sus nervios, ¿cómo puede empezar el diálogo? Y lo que es más importante, ¿cómo hacer que su adolescente también hable?

¿Qué debo hacer si mi hija o hijo niega por completo su consumo de sustancias?

Puede resultar difícil mantener una conversación cuando un ser querido niega de manera rotunda que consume sustancias. Algunos adolescentes se niegan a asumir la responsabilidad de su comportamiento y buscan mantener su imagen a toda costa. Ofrecemos algunas sugerencias sobre qué hacer si esto sucede:

¿Cómo puedo estar seguro de que mi hija o hijo realmente cambiará su comportamiento?

Es importante que usted cumpla con todo lo que dijo que haría durante la o las conversaciones con su hija o hijo. Si no lo hace, su adolescente podría pensar que en realidad usted no está tan preocupado por su comportamiento. Por eso usted necesita compartir sus expectativas de que para usted es muy importante que su hija o hijo no consuma sustancias.

Supervise a su adolescente y comuníquense regularmente para que le informe dónde se encuentra, quiénes son sus amigos, qué está haciendo y cómo participa en las redes sociales, entre otras cuestiones. La supervisión requiere un gran esfuerzo, pero eso puede mantener a su adolescente seguro. Ofrecemos algunas maneras de mantenerse conectado con su adolescente:

¿Qué pasa si me doy cuenta de que mi hija o hijo necesita ayuda externa?

Si sigue consumiendo sustancias, es posible que su hija o hijo necesite ayuda u orientación que usted personalmente no pueda brindarle. Puede dar miedo pensar en eso, pero “ayuda externa” no significa necesariamente un tratamiento de desintoxicación o rehabilitación. Muchas personas en su comunidad pueden ser excelentes recursos para usted y su adolescente. Solo necesita saber a quién puede pedir apoyo. Algunos padres y familias han recurrido a consejeros escolares, terapeutas profesionales, pediatras, entrenadores deportivos, amigos cercanos de la familia, maestros o sacerdotes. Piense en quién podría ayudar mejor a su hija o hijo.

Sin embargo, si se necesita tratamiento, el primer paso es obtener una evaluación por parte de un profesional de la salud. Obtenga más información sobre cómo empezar esa búsqueda con nuestros recursos sobre tratamiento y recuperación.