¿Qué Pasa si Hay Desacuerdos de Pareja por el Uso de Sustancias de los Hijos?


Es muy estresante decidir qué hacer cuando uno se entera del uso de sustancias de los hijos, en especial cuando estamos expuestos a información que puede ser contradictoria de parte de amigos y familiares con buenas intenciones, así como de medios de comunicación, redes sociales e incluso de algunos profesionales de la salud. Esta tensión puede aumentar si usted tiene desacuerdos de pareja por el uso de sustancias de los hijos y sobre la mejor manera de ayudar a un ser querido. El uso de sustancias de los hijos es una situación que ejerce presión sobre toda la familia, incluyendo al matrimonio.

No es raro estar en desacuerdo con su pareja sobre cómo manejar ciertas situaciones con un menor de edad o un adolescente. Aunque, en general, parece que mucho más está en juego cuando se trata del consumo de drogas y alcohol de una hija o un hijo, y sobre las maneras de poder ayudarle.

Los desacuerdos de pareja por el uso de sustancias de los hijos pueden estar relacionados con la comunicación, la aplicación de consecuencias, el apoyo financiero, la vivienda u otros temas que pueden revelar que su pareja tiene creencias y convicciones diferentes a las suyas, lo que puede desanimarle y frustrarle. Por ello, aquí ofrecemos una serie de recomendaciones.

¿Cómo lidiar con una pareja que está en desacuerdo con usted?

Un primer paso es encontrar puntos en común. Ambos quieren que su hija o hijo viva una vida más sana y feliz. Y ambos quieren actuar de la mejor manera para lograr ese objetivo. Entonces, trate de colaborar. Converse primero sobre todos los puntos en los que estén de acuerdo. Eso tendrá el beneficio adicional de hacer que ambos se sientan más conectados antes de aborden sus desacuerdos de pareja por el uso de sustancias de los hijos.

Por ejemplo, es posible que le preocupe que su pareja no tome el uso de sustancias de los hijos tan en serio como usted, aunque ambos pueden estar de acuerdo en que los estudios escolares son importantes y en que no quieren que su hija o hijo tenga problemas con las autoridades.
También pueden estar de acuerdo en que hay amigos que no son una gran influencia para su hija o hijo. Sobre la base de este terreno común, puede explorar las diferencias y preguntar a su pareja: “¿qué tendría que pasar para que estés más preocupado?” Digamos que su pareja está de acuerdo en que una baja en el rendimiento escolar sí sería un problema. Si es así, intente ser más específico. ¿Significa eso que sería un problema si su hija o hija deja de hacer una tarea, obtiene una mala calificación en un examen, falta a clases, reprueba una materia, reciben ustedes una llamada de la escuela, etc.? Cuanto más detalle ofrezcan ustedes en este sentido, es mejor.

Otro ejemplo de desacuerdos de pareja por el uso de sustancias de los hijos puede ser lo que sucedió a una madre que fue apoyada por uno de nuestros mentores de padres. Esta madre no sabía cómo actuar cuando su hijo le pidió dinero para reparar su carro luego de que tuvo un accidente. Aunque el hijo necesitaba el carro para trabajar, el padre no quería darle el dinero para repararlo. El padre estaba molesto debido a que el hijo fumaba marihuana. Ambos padres coincidieron, sin embargo, en que el hijo no fumaba marihuana cuando trabajaba. Así, la solución fue darle dinero con la condición de que el hijo les pagara ese préstamo.

En lugar de obstinarse en mantener su punto de vista, es muy útil intentar soluciones que no había aplicado antes. Por ejemplo, usted puede pensar que su hija o hijo necesita más supervisión, pero su pareja puede creer que, si consume sustancias, un adolescente o un joven debe ser expulsado de la casa. Algunas parejas han logrado varios tipos de acuerdos para enfrentar una situación como esta. Pueden, por ejemplo, poner como condición que la hija o hijo siga en casa solo si accede a comenzar un tratamiento, que solo esté en casa cuando alguien más este presente, trasladarlo al garaje en vez de ofrecerle una habitación, pedirle que se vaya los fines de semana, o hacer que se mude con una familiar o un amigo.

¿Y si no puede ponerse de acuerdo con su pareja?

Independientemente de lo que ocurra con su pareja, es importante mantenerse en contacto con una hija o hijo que pasa por momentos difíciles. Si pese a que lo intenta, es imposible llegar a un acuerdo sobre el uso de sustancias de los hijos, intente poner en práctica el enfoque de su pareja durante un tiempo y vea si funciona. Por ejemplo, su pareja puede pensar que la terapia es una pérdida de tiempo, mientras que usted cree firmemente en que sí funcionaría. Puede probar el enfoque de su pareja durante un mes, luego del cual pueden volver a evaluar la situación. Si no mejora, decidan si vale la pena intentar una terapia. En este ejemplo, es importante tener una conversación sobre lo que significa exactamente “mejorar” para cada uno de ustedes.

Es también importante que usted (y su pareja) se concentren en su propio cuidado personal. Para ello, es útil recordar el consejo que se escucha durante los vuelos: “póngase su propia mascarilla de oxígeno antes de ayudar a los demás”. Así, tómese unos momentos cada día para hacer algo que beneficiará su mente, su cuerpo y su parte espiritual. No es saludable ni útil vivir continuamente en un estado de alerta. Tanto usted como su pareja deben mantenerse sanos y fuertes, individualmente y como equipo, para poder ayudar a su hija o hijo de la mejor manera posible.